URBES
I. LA MACETA
Están. Apretados.
Entre la mugre
y la falta de estilo.
Como en un cine
voy viendo cuadras
y cuadras de fatalidad ladrillo hueco
sótano
de toda expectativa.
Si encontraran a Dios
sería un acto reflejo escupir en su cara
mil reproches. Sin embargo
en un hierro oxidado que emerge del concreto
ella colgó la pequeña vida
bandera vegetal declaración
señal
cuna que humedecer
razón
y compromiso.
II. AL CUATRO MIL
Una chapa que cruje
un trapo-puerta
restos de una silla
ninguna ventana
piso de barro, viento
chiflando por agujeros
niño pequeño, niña
recién nacida
madre joven desarmada.
Él duerme ahí su sueño
de quién sabe qué cosa.
No tiene apuro.
¿A qué volver?
¿al asedio incomprensible
de los carteles?
¿a la estéril empuñadura
de los lápices?
III. AÑO NUEVO
Sentado en el suelo
haciendo tiempo
observo el cuerpo de un chico
que duerme en la escalera.
El escalón superior sirve de almohada
¿cuánto hace que está ahí?
tiene al lado una especie de botella.
Pisando a distancia de baldosa
lo van esquivando.
Cada tanto se mueve
un poco
se acomoda.
Su mejilla derecha
contra el piso de granito.
Su izquierda cubierta
por un mechón de pelo.
Son las cinco de la tarde
está empezando un año nuevo
hay sol en Buenos Aires.
IV. TORTAS ASADAS
Es temprano hace frío
gente joven caminando hacia el este
una mujer de edad mediana
yendo a buscar el conocimiento
amasa en la vereda
ejerciendo el derecho de formarse
su compañero enciende un fuego
con el esfuerzo de la comunidad
pronto habrá tortas asadas a precio popular.
Ojalá nunca olviden a quien en la vereda, probablemente, jamás deje de amasar.
V. VENDEDOR
Él debe quebrar
en alguien
el encapsulamiento
esa suerte de temor
a que te digan algo y te saquen
irrespetuosamente
de tu interminable conexión
con el smartphone.
Porque también te sacan
digámoslo
de la imagen del mundo
que te gusta
te dan una cucharada de verdad
amarga
prueban tu habilidad
para entrar en otro cuero. Si fuera poca
o nula
quedás expuesto.
Si él consiguiera entonces
quebrar en alguien el encapsulamiento
podría suceder que la onda se propague
y los demás lo registren
aunque sea de reojo.
Y de haber por ahí latente
un poco de bondad
las miradas de reojo mutarían en sonrisas
gestos amables
incluso lágrimas.
VI. REALIDAD PARALELA
Puede estar en cualquier parte
no se ve
se capta con antenas
que no se venden en ningún lado.
Encendida por un gesto amoroso
se manifiesta en toda circunstancia.
Hay francotiradores
apuntando al centro de tu mano
la que empuña la llave.
Por eso
estar atento a tus miserias
te da la única chance.
Tras visitar esa realidad
y haber llorado
vas a ver cada tanto en otros ojos
un brillo cómplice
y vas a conectarte con ellos
por un instante.
Luego vas a bajar del colectivo
doblar la esquina, poner primera
o lo que sea que demande
tu vivir maquinal. La diferencia estará
en el color de las cosas
la humedad de tu rostro
cierta doliente alegría
y una secreta sensación de triunfo
similar a la del niño
que encontró el escondite de los caramelos.
VII. ABRAZO
Somos un bulto deforme
un amasijo en el piso
que nadie quiere ver.
Trato de no pensar en un ranchito
sencillo
donde amanecer en un silencio manso
la pava en el fuego
la tibieza del agua lavando mi cara.
Porque si lo hago, el ruido
los pasos de la gente
la exposición indigna de nuestro desamparo
se vuelven aun más duros
que las baldosas del suelo
sobre el cual esperamos
la hora de abrir los ojos.
Acercate más
tomá mi abrazo.
Te juro que quisiera convertirlo en frazada
y aliviar tu descanso
pero es mi abrazo apenas
y está frío
como esta mañana de fin de julio.
VIII. SI ASÍ NO LO HICIERE
Para Gustavo Bonetti (hermano del corazón)
Hoy se me arrimó un pibe.
Hablar cruzado
como pidiendo perdón
actor descartable de la puesta
intentando manotear una miga
en la bacanal impúdica
de la sociedad de consumo.
Ese pibe implica un padre
que puede ser un ausente
o alguien que sangra
por la culpa: no haber dado
más que un destino de changuear
en la calle.
Que nunca me falte el gesto amable.
Que nunca me gane la indiferencia.
Que me duela esa vida.
Que yo no riegue la montaña de desprecio
ni alimente el rencor.